Home DESTACADOS La Vergüenza (Relatos)

La Vergüenza (Relatos)

by admin

ENLETRADOS

Por: Francisco Llanos

 La hoy reconocida directora me decía en ese entonces en un comentario a algo que publiqué en una de las redes sociales que ahora yo me creía gringo. Y si, le doy la razón pues cada vez que me preguntan por la televisión colombiana me hago el gringo, el que ni ve, ni oye, ni entiende.

 Ahora al patrón, los capos, las tetas, los caínes, los sapos, las muñecas y demás, se le suma en versión telenovela ramplona “alias el mexicano”, otro bodrio de quinta que pretende malvender la -según los productores de todos estos esperpentos- incólume historia contemporánea de la patria.

 La historia, la verdadera historia, mis queridos simulacro de realizadores de televisión, se escribe con nombres propios y no como a ustedes les venga en gana contarla, con esa torpe estrategia de ponerle alias a los alias, con ese afán de ensalzar a los muertos, a los muertos malos, eso si. ¿Y por qué no hacer una narco- novela con los malos vivos? ¿Será por miedo a que en algún momento esos vivos les toquen a la puerta para hacerles el reclamo?

 ¿Cómo se puede sacar pecho de orgullo cuando se revuelve excremento para hacer telenovelas y lucrarse con el dolor ajeno? ¿Cómo se puede poner la cara dura y recordarle a tantos inocentes mediante un culebrón barato la manera en que le explotaron a punta de dinamita y bala la vida a sus familiares?

 Me parece inconcebible el cinismo que demuestran quienes producen estos contenidos infames al vanagloriarse por la capacidad que tienen de manipular a un puñado de televidentes que alimentan su morbo  nadando en la sangre de sus propios congéneres. Me parece vergonzoso arrasar sin pudor la imagen de un país entero por las ganas de la riqueza, por la vanidad que produce la fama, por el reconocimiento brindado por los ignorantes, por un índice de sintonía.

 Que mal ejemplo de comunicación es ese que se aprovecha con ponzoña del infortunio de otros, que creatividad más opaca revivir con saña el dolor de los huérfanos, de las viudas, de los innumerables discapacitados que sobrevivieron para cargar día a día  con el miedo a recordar.

 Me tildaba de gringo la hoy reconocida directora, adjudicándome falta de colombianidad.  Y yo le pregunto ¿Dónde está ese amor por la patria en ese montón de hacedores de mediocridad audio-visual? Si su única bandera ha sido mancillar una y otra vez la imagen de un  país cada día más estigmatizado por la maldad de unos pocos.

 Aquí me quedaré esperando las telenovelas que hagan homenaje a los injustamente sacrificados, a los muertos anónimos que hoy solo son estadísticas de una barbarie magnificada por las cámaras y los actores. Aquí espero paciente, hasta que a alguien se le ocurra que es una canallada ver en tantas víctimas caras de payaso de feria.

 Afortunadamente aquí, donde soy gringo, los canales que retransmiten esas baratijas son un mísero pelo de gato, comparados con la industria de los medios de comunicación.

 Nota adjunta:

 Querido amigo mío,

Espero que al recibir esta pequeña nota tu y los tuyos se encuentren bien. Sabes que siempre te recuerdo con gran aprecio y admiración, no cualquiera puede vivir como lo has hecho todos estos años, sin poder escuchar ni uno solo de los sonidos de este mundo. Recuerdo como si fuera ayer cuando me relataste lo sucedido el día que el estruendo de la explosión en el centro comercial casi te quita la vida y lo afortunado que te sentías por solamente haber perdido el oído.

Si te digo la verdad, con un mal chiste, hoy si creo que debes sentirte afortunado.

Ni por equivocación te maltratarás escuchando los coloridos diálogos de las telenovelas que tienen de moda en tu país (que ya no es el mío). Se están dando un banquete los libretistas; de cada cinco palabras, ¡seis son un putazo! Literatura pura, maestría escrita. Conociéndote como te conozco, sé que me dirías que prefieres ser sordo antes de pasar por la vergüenza y la pena ajena de escuchar lo que como guion han escrito esos mequetrefes.

 

Related Videos