ESPIRITUALIDAD AL DÍA 

Por Teresa León

El dar conscientemente es un motor del avance espiritual. En muchas religiones y corrientes espirituales se contempla el dar dinero y servicio voluntario como parte de las acciones que ayudan a elevar el espíritu.

El diezmo (donar el 10% de todo el dinero que se percibe, como ofrenda a Dios) es una práctica conocida desde la antigüedad.

Algunos dan el diezmo por cumplir con su religión; otros lo hacen pensando en recibir recompensas de Dios o reconocimiento de la gente. Pero el mayor beneficio está en que sea un acto de amor a los demás.

El diezmo verdaderamente espiritual y beneficioso es dar como un acto de amor; de ofrenda y gratitud a Dios y de fe en que seguirá recibiendo.
Dar Y Recibir en equilibrio es ley de vida. Todo lo que da regresa a usted multiplicado. Regale a otros su amor manifestado en acciones y ayuda concreta.

¿Cuánto? La medida del 10% puede ayudar para hacer las donaciones de forma disciplinada. Sin embargo, más que la cifra, lo importante es dar conscientemente.

¿A quién dar el dinero del diezmo? A una iglesia, a instituciones dedicadas a ayudar a otros o a impartir enseñanzas espirituales, etc.

¿Dinero solamente? También alimentos, ropa, juguetes, etc.

¿Cómo? Con amor y humildad; no desde una posición de superioridad, sino tomando consciencia de que a las personas que ayudará son hijos de Dios.

Recuerde: orar, hacer y callar…

Cuando nos disponemos a ayudar, nos olvidamos un poco de los propios problemas y nos convertimos en canal de energía positiva. Esa energía es una corriente que eleva y purifica.  Como hijos de Dios, con el poder de la palabra, decretamos:
Yo soy canal de la abundancia divina, para mí y para los demás.
Mi Dios me hace instrumento de su amor y generosidad.
Doy con amor y alegría.

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