ESPIRITUALIDAD AL DÍA
@TeresaLeon
¿Recuerda la primera vez que escribió una carta al Niño Jesús, o a San Nicolás? Seguramente lo hizo con la ilusión y confianza en que su petición sería cumplida. Hágalo de nuevo. Esta vez, escríbale a su ángel de la guarda.
Una de las maneras de acortar la distancia que puede sentir con relación a los ángeles (porque somos nosotros quienes nos sentimos distantes) es la meditación. Imagine que ese ser de luz se manifiesta como una presencia amorosa; tal vez la vea, o la oiga, o simplemente perciba cómo cambia la brisa a su alrededor. Es probable que sienta cómo aumenta la paz y el amor; éstas son señales de que se está comunicando con su ángel. Otra manera de acortar distancias es escribirle una carta.
Encienda una vela y dedíquesela a la Divinidad. Ayúdese con música e inciensos. Haga de éste un momento especial. Ahora, recuerde un momento de su infancia; recuerde y reviva su amor, inocencia, fe y alegría. En la infancia, estamos más cerca de los ángeles. Al sintonizarse con un momento de su niñez, se conecta con su niño interior y sus antenas se despegan de nuevo.
Ahora, escríbale; como lo haría con un amigo muy querido. Dígale que desea aumentar su conexión mental y emocional con él/ella. Pídale que le ayude. Exprésele todo lo que quiera. Deje que surjan las palabras. Manifiéstele su intención de sentir amor y cercanía. Dele las gracias por esta nueva etapa que comienzan juntos.
Guarda la carta en un lugar especial, o póngala debajo de la almohada por un tiempo. También puede quemarla, con la idea de que el fuego disuelva todos los obstáculos de la mente.
Cada día estrechamos los lazos con nuestros aliados celestiales. Nuestros ángeles se unen y dicen ¡Amén!