Por @TeresaLeon
Espiritualidad Al Día
¿Recuerdas cómo cerraste la llave de la ducha? Muchas de las actividades que realizamos a diario, las hacemos en automático, sin prestar atención, seguramente mientras hacemos otras cosas.
La desventaja de esto es que nos volvemos un poco autómatas y repetitivos; vamos perdiendo flexibilidad mental y capacidad de prestar total atención a lo que estamos haciendo.
Piensa en tu rutina diaria, haz una revisión de todo lo que haces al día.
Flexibilízate
Prueba hacer algo distinto cada día: Llevar el bolso o cartera en el lado opuesto al que acostumbras, cepillarte los dientes con la mano que no usas para ello normalmente, tomar un camino diferente para ir a casa, cambiar el orden de los objetos de la cocina, modificar la rutina que tienes al levantarte y vestirte, etc. También podrías escribir unas cuantas líneas con tu mano no dominante.
Cambiar un hábito o rutina te activa el cerebro. En internet puedes conseguir páginas y videos con ejercicios de gimnasia cerebral.
Meditar
Al romper la rutina, prestamos más atención a lo que estamos haciendo, nos ubica en el aquí y el ahora.
Una de las definiciones de meditar es estar totalmente presente en lo que estás haciendo, completamente consciente de lo que estás viviendo. Mientras más meditas, más atento estás. A mayor grado de atención, mayor conciencia, y mayor grado del despertar espiritual.
Mientras más atento estás de tus pensamientos, mejor puedes manejarlos; sin dejarte arrastrar por ellos en un constante e inútil flujo que te lleva del pasado al futuro, mientras te pierdes del presente, por estar de distraídos.
Siente este preciso instante en que estás leyendo… te están regalando vida en cada latido del corazón. Toma conciencia de que tu ángel está contigo ahora mismo, es un instante precioso y sagrado, disfrútalo.