EL PLACER DE LA INTROSPECCIÓN
Por @teresaleon
Regalarse unos momentos de introspección a la semana – o mejor aún, al día- puede significar recibir los beneficios de todo un mes de vacaciones.
Es que la introspección es el viaje al lugar más importante del planeta: su propio mundo interior.
La voluntad es el boleto; la respiración es la tarjeta de embarque. Siéntase con derecho a ausentarse del mundo; quienes lo rodean también se beneficiarán del estado de relajación y motivación con el que regresará.
Beneficios: autoconomiento, claridad de objetivos, conciencia de lo realizado, de los aciertos y errores, de lo que falta por hacer; desarrollo de la reflexión; capacidad para relajarse y entrar en comunión con usted mismo y desde allí, con Dios.
Algunas preguntas que le ayudan a ese viaje interior:
¿qué estoy haciendo con mi vida?
¿Estoy haciendo lo suficiente para mejorar como persona?
¿Cómo están mis relaciones?
¿Qué tengo que mejorar en mí para lograr cambios afuera y alcanzar mis objetivos?
La introspección ayuda a entrar en su mundo interior; recuerde que éste no es sólo mental. Usted es mucho más que la mente. Es un alma en evolución; con un Espíritu Superior o Dios interior que con su voz interna, le habla a través de la intuición y la inspiración. Recuerde que tiene ángeles que lo acompañan; invítelos para que le ayuden a ver los regalos que recibe del universo.
Una vez en su templo interior, al guardar silencio, podrá oír el susurro de su divinidad.