Por @teresaleon
Estos son días de celebración, ya sea para los católicos que celebran el nacimiento de nuestro amado Jesús Cristo, o para los que festejan el solsticio o los que le dan la bienvenida al Espíritu de la Navidad o Papá Noel.
Independientemente de las creencias, y también del mercantilismo que se aprovecha, es una época marcada por lo espiritual y los valores de dar, agradecer, perdonar, reconciliarse, renovar, y hacer nuevos propósitos.
Es quizás la época en que más se hace peticiones y oraciones; y también cuando más se expresa sentimientos y buenos deseos. Las emociones están más a flor de piel.
Tal vez esté fuera de su país, sin la gente que ama; o esté pasando por el dolor de un duelo; o tenga problemas de salud; o se siente desolado.
En medio de cualquier tragedia, es bueno recordar que en esta época celebramos Navidad, Nacimiento; lo que trae consigo la fe en un nuevo comienzo.
Todo dolor se supera. Si hacemos un inventario, seguramente son más las cosas positivas que las negativas; y mientras estemos vivos tendremos los recursos internos y la ayuda divina.
A veces es la idealización de estas fechas lo que hace que algunas personas se sientan mal, sin poder disfrutar lo que sí tienen.
Carnaval
Como cantaba Celia Cruz: La vida es un carnaval. “Todo aquél que piense que la vida es cruel, tiene que saber que no es así, que tan sólo hay momentos malos y todo pasa; que nunca nadie está solo, que Dios está con él. La vida es una hermosura. Las penas se van cantando!
Así que a cantar, agradecer lo que hemos vivido y hacerse cargo de su propia celebración, la más importante, la interna. Seguramente tiene lo que más necesita para ello: la vida, la imaginación, el amor y la conexión con Dios.
¡¡¡Feliz Navidad y Feliz inicio del 2015!!!