Ayer durante la ceremonia de los Grammys como acostumbrada testigo mudo y observadora del comportamiento humano presencié una vez más lo perturbante de la intolerancia que tiene este mundo tan dañado, pero por sobretodo el gran problema de autoestima que tiene buena parte da la población mundial.
Siempre he dicho que cuando estás en armonía con lo que eres, cuando estás seguro de quien eres y de lo que dices o pregonas, no recurres al barato recurso de agredir a los demás.
Me harte de leer una y otra vez en las redes sociales cosas como: “Adele tan bonita que es a pesar de…” como si el usar otra talla de ropa fuera una tara o maldición.
Otros llamándola “Tanque”, otros aludiendo a que su música tenía que ver con que –supuestamente- quienes somos plus size tenemos problemas de autoestima y sopotocientas barbaridades mas que no repito por respeto a mí y a mis lectores.
Adele ha venido a ser un antes y un después, sin duda alguna en el mundo de la música y el entretenimiento, comprobando y aunque les duele a muchos, que el talento viene en todas las tallas, así como la belleza.
Como les duele y molesta que una chica que no sea plástica y flaca a la fuerza este arrasando con los premios, reconocimientos y la popularidad. Con esos comentarios y comportamiento solamente demuestran su estrechez mental e intolerancia, pero aun más, lo inconformes que están consigo mismos.
Tolerancia, diversidad y aceptación no es felicitarme por mi trabajo y más tarde denigrar a una Adele o cualquiera que sea la victima de la baja autoestima del atacante en cuestión. Eso es hipocresía, más nada.
Adele ha sido el detonante, el antes y el después de una generación aborrecida de ser fustigada por como luce, de que le castiguen y hostiguen por ser normal, o simplemente como les de su santa gana de ser.
Esas reacciones, curiosamente mucho mas exacerbadas, irrespetuosas y grotescas en el mundo Hispanoparlante en lo personal me han servido de mucha reflexión y sin duda alguna de estimulo para seguir trabajando en pro de un mundo que se quiera mas a sí mismo, un mundo donde el agredir al otro gratuitamente no siga siendo una constante, y donde todos ejerzamos a ser el sagrado derecho de ser como queramos, sin fustigar o ser fustigados por ello.
Adele es y será una dosis de realismo, una cachetada donde más duele al mundo del modelaje y del espectáculo, donde persisten con la majadera insistencia de obligar a la gente a ser físicamente imposible e irreal, llevando en muchos casos a la gente a trastornos psicológicos y la muerte por cumplir esos ideales enfermizos.
Con seis Grammys rompiendo records entre sus colegas, Adele ahora es la cara de esta edición de la Revista ELLE así como portada y editorial de VOGUE del mes de Febrero.
Si así llueve, que no escampe la Adelemania
¡Qué necesaria eres hija mía!
En Twitter: @BarretoLeyva