La comida es el combustible de nuestro cuerpo y afecta directamente el funcionamiento y la salud del organismo. Nuestro rendimiento físico, estado de ánimo e incluso los cambios en la composición corporal producidos por el ejercicio, dependen directamente de una buena alimentación.
Una manera fácil de saber si necesita mejorar sus hábitos nutricionales, es preguntarse qué tan saludable es su lista de compras del supermercado. Comer sano no significa pasar hambre sino preferir los alimentos naturales con alto valor nutricional como frutas, vegetales, pescados, aves, granos o avena entre muchos otros. Una nevera llena de opciones frescas y sanas, es la mejor manera de evitar tentaciones y garantizar el éxito de su plan nutricional.
Contar calorías no es suficiente. Organice sus comidas en base a porciones para distribuir las proteínas, los carbohidratos y las grasas de manera más balanceada. La porción es visualmente representativa de la cantidad de alimento que debemos ingerir y solo requiere el uso de nuestro puño (para porciones de manzanas por ejemplo) o la palma de la mano (para porciones de salmón u otras carnes).
Comer cada tres horas (aproximadamente) mantiene el metabolismo más activo. Aprenda a identificar su nivel de saciedad y no se atiborre de comida. Imagine que su estómago es como un envase vacío; lo recomendable es llenarlo hasta un 70% de su capacidad y no hasta el tope. De esta manera, va a evitar la sensación de pesadez y su cuerpo se acostumbrará a sentir hambre a horas fijas.
Esta es la orientación nutricional que provee Alkymia a sus clientes. La alimentación inteligente es uno de los requisitos antes de iniciarse en un programa de entrenamiento y su práctica diaria, facilita el siguiente gran paso: conocer su cuerpo y tomar decisiones sabias en materia de alimentación. Espero les sea útil y recuerde que el mejor momento para comenzar es hoy.
Publicado previamente en Columna Estilos #317 http://www.columnaestilos.com/2012/estilos317/
